Gabriela Vega Moreno
Dioptrías: verdadera realidad
Al menos quince de los casi
veinte años de vida mía, mi visión ha sido corregida con anteojos y lentes de
contacto. Conforme avanzaba el tiempo, esta imperfección aumentaría
paulatinamente hasta casi establecerse (hace poco tiempo). Y hay que notar
entonces, que la prioridad siempre fue evitar la mala visión (como es obvio:
¿cómo podría desenvolverme en el mundo, en el día a día, viendo mal? Y sobre
todo, ¿viendo cada vez peor?). Por esta razón, aunque nací con esta
imperfección, una avanzada miopía, jamás la conocí a fondo, y mucho menos
cuando a los trece o catorce años comencé a utilizar lentes de contacto: ¿de
verdad existía algo que mejorara mi visón aún más que las gafas? Fueron una
revelación visual, fue el descubrir la perfecta nitidez.
Es por esto que ahora me
llama la atención el opuesto, es decir, ese mundo apartado o excluido de mí.
Explorar el eterno desenfoque, la “ceguera” como se le dice también a la
miopía. Surgió la inquietud hace algunos meses, cuando al quitarme los lentes
de contacto, antes de dormir, la sensación del ojo desnudo comenzó a hacerse
mucho más evidente de lo que jamás había sido. El no-ver, la presencia
constante de manchas y texturas que conocía a la perfección pero a la vez no,
se volvieron fotográficamente interesantes.
Es pertinente traer a
colación esta frase que Jorge Luis Borges, escritor argentino, pronunció en una
conferencia que dictó en 1977, sobre su ceguera personal: “Y yo creo que la
ceguera no debe verse con patetismo, que la ceguera debe verse como un modo de
vida: es uno de los estilos de vida de los hombres.” BORGES, Jorge Luis. De siete noches, noche séptima: La ceguera.
1977. Teatro coliseo de Buenos Aires.
Pues bien, adoptando este
modus vivendi de Borges, y queriéndome alejar de un ensayo fotográfico hecho
por la brasileña Layana Leonardo (“Ensayo
sobre la miopía”), quien hace un acercamiento a esta deficiencia visual
desde el objeto corrector (los anteojos), a diferencia mía, que quise
deshacerme de este y para lograrlo, decidí hacer un experimento
sensorial-fotográfico, del cual saldrían las imágenes para el proyecto Dioptrías.
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| Layana Leonardo, algunas fotografías de "Ensaio sobre a miopia" |
El experimento consistió en
salir a la calle sin lentes de contacto, con los anteojos a la mano, a observar
todo lo que me llamase la atención (para fotografiar). Para este fin, hice una
pequeña bitácora en la que expresé el antes y el después de la salida, que
expongo a continuación:
-Antes-
Intenté salir sin lentes ni gafas pero mi miopía es tan avanzada que no ver
nada me hizo sentir muy insegura. Por eso decidí salir con gafas, porque nunca
lo hago, ya que tienen una fórmula bastante atrasada, y por el camino,
quitármelas lo que más pudiese. El recorrido (de mi casa a la universidad) fue
planteado con el fin de “sacar” lo que yo considerase elementos fotográficos
(sin las gafas puestas) en un espacio cotidiano. Al llegar a la
universidad me pondré los lentes de contacto.
Referentes de lo cotidiano.
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| Vari Caramés "Recreo" |
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| Vari Caramés "Recreo" |
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| Vari Caramés "Miscelánea (1980-2000) |
-Después-
El
recorrido estuvo lleno de sorpresas. Fue visual y sensorialmente muy
estimulante, algo que jamás había hecho, y generó en mí una sensación muy
extraña y totalmente desconocida: confirmé como verdaderamente mía esa visión
sin filtro, la que siempre han intentado corregir. Hubo en mis ojos una
sensación de libertad y de pureza que nunca había sentido porque mis ojos solo
habían estado desnudos en situaciones familiares (mi casa, las mañanas antes de
arreglarme), y sobre todo, por cortos periodos de tiempo.
Decidí ir a la Quebrada de la Vieja y al adentrarme, descubrí (y reafirmé lo que
Borges dijo (parafraseando su conferencia, …que prevalecen los colores, que
sobresalen algunos por encima de otros. BORGES, Jorge Luis. De siete noches, noche séptima: La ceguera.
1977. Teatro coliseo de Buenos Aires.), pero en mi caso, son los colores vivos
los que permanecen. Me explico: el verde se vuelve denominador común, el gris
del asfalto, junto con el color ladrillo, se perciben como una masa uniforme en
la que se pierde con facilidad el interés. Por esta razón, decidí buscar
colores que, sin los anteojos (siempre), llamaran mi atención para que de igual
forma, fueran estos los que sobresalieran en las fotografías que tomé durante
el recorrido.
Teniendo ya el material, el
siguiente paso es el montaje de la exposición, el cual debe ser coherente y
corroborar lo que quiero expresar visualmente. Por esta razón se decidió que
este estará compuesto de dos partes, una, las fotografías principales (las que
representan la miopía) impresas en un tamaño grande, de 40x60 cms; de este
modo, los espectadores deberán hacerse a una distancia prudente para poder
apreciarlas bien (como se hace normalmente cuando se quiere observar algo
grande y muy bien definido). Debajo de estas fotos, estarán dispuestas en un tamaño
mucho más reducido (10x15 o 13x18 cms), copias de las fotografías grandes, esta
vez, completamente enfocadas; de esta manera, los espectadores deberán acercarse
para ver bien qué hay en las fotografías. Esto, haciendo alusión a la
característica que poseemos los miopes (en todo caso, los que tenemos una
fórmula muy alta), de que al acercarse mucho a algo (libro, objeto, etc.), la
visión se perfecciona un 110%, lo cual significa que tenemos la capacidad de
ver todo con total nitidez.
La segunda parte del montaje
consiste en los apoyos no-fotográficos que habrá dispuestos para hacer más
comprensible el discurso detrás de mi proyecto. Consistirá primero, en tres
tablas de optometría que en vez de las características letras, tendrá escrito
el título del proyecto y la segunda estará más borrosa que la anterior, y la
tercera más que la segunda. Aparte, al final de la disposición de las
fotografías, se encontrará este ensayo, por si algún espectador quisiera ojear
para saber cómo fue la aproximación a la idea.
FOTOGRAFÍAS DEL PROYECTO. (Las siguientes no son las fotografías finales, sin embargo son las últimas aproximaciones que muy probablemente serán escogidas).
A continuación, se hará un análisis de la composición por pareja de imágenes.
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| En esta pareja, el eje principal lo dibujo el palo amarillo. Asimismo, este palo es el punto de interés, si se piensa en la rejilla de tercios vista anteriormente. |
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| En esta pareja hay una dualidad, ya que en la desenfocada se quiere que el punto de interés (situado, en la rejilla de tercios, en el tercio superior izquierdo), los colores blanco y negro. Sin embargo, en la imagen enfocada hay un eje principal que es la baranda de madera, y los puntos de color se pierden, volviéndose en punto de interés el palo vertical de la baranda. |
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| En esta pareja, el punto de interés es el color verde que se encuentra en el tercio superior. Sin embargo, en la imagen enfocada se distingue un eje principal siendo este la orilla del río. |
Esta experiencia ha sido muy gratificante. Descubrí sensaciones y "atracciones" visuales que no conocía, es decir, adquirí un nuevo "filtro" de vista, a la hora de tomar mis fotografías. Ahora siempre estoy con esa vena de la miopía activa, viendo también cómo se verían fotográficamente hablando, las imágenes que se me ocurren.